Con gran entusiasmo el equipo la Corporación Nacional Forestal (CONAF) Región de Antofagasta y la comunidad local subieron a los 4600 metros sobre el nivel del mar a plantar llaretas en las faldas del volcán Ollagüe, en el marco del programa Siembra por Chile, del Ministerio de Agricultura, el que involucra un trabajo directo con la comunidad quechua, en una de las comunas altiplánicas fronterizas entre Chile y Bolivia.
Cabe señalar que la acción de restauración ecológica se realizó por última vez en la comuna en 2012, cuando se desarrolló la plantación de una hectárea de Polylepis tarapacana (queñoa), en el sector de Kosca, la cual a la fecha presenta un establecimiento del orden del 49 %.
En la actualidad, y gracias al programa Siembra por Chile, CONAF, en conjunto con el municipio y la comunidad, realiza actividades como la mejora del vivero local, recolección de frutos de queñoas y semillas de llaretas especies nativas de gran importancia ecológica.
Para el alcalde de Ollagüe, Humberto Flores, ‘’Siembra por Chile es una muy buena instancia para recuperar especies nativas de la altura, por lo tanto esto nos va a generar trabajo para nuestros comuneros, conocimiento de cómo trabajar las semillas, trabajo en terreno para su plantación y también contaremos con un vivero de resguardo y protección de futuras plantas que vamos a reforestar en nuestra zona de altura. Nos sentimos muy contentos de esta alianza’’.
Por otro lado, la directora de CONAF Antofagasta comentó que “Ollagüe es un sitio prioritario, ya que en su territorio se encuentran los últimos queñoales de altura y llaretales, especies que conforman un ecosistema de gran importancia ecológica. La preservación de estos bosques es fundamental para mantener los ciclos hidrológicos de las cuencas altoandinas y la mitigación de diferentes eventos, como los aluviones que son característicos de la zona.
Restauración ecológica con llaretas
La llareta (Azorella compacta) es un arbusto nativo de las regiones altiplánicas y una de las plantas más longevas, ya que puede vivir 3000 o más años y, lamentablemente, se encuentra en estado de conservación vulnerable, además de ser de alta importancia ancestral para las comunidades locales, ya que se utilizan para fines medicinales, forrajeros, alimenticios y culturales.