Cada 9 de agosto, desde el año 1995, se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, organismo que además estima en sobre los 5.000 grupos de pueblos indígenas distribuidos en más de 90 países, con una población de unos 370 millones de personas, equivalentes al 5% del total mundial.
Si bien el objetivo de esta fecha es reconocer y colocar en valor a todos los pueblos indígenas del mundo, con esta conmemoración a nivel nacional se pretende relevar la importancia de los pueblos originarios Mapuche, Aymara, Rapa Nui, Atacameño o Lickanantay, Quechua, Colla, Diaguita, Kawésqar, Yagán y el recién reconocido (16 de abril de 2019) pueblo Tribal Afrodescendiente de Chile.
Ésta es una fecha que llama a reflexionar y sensibilizar a la sociedad a fin de realizar el máximo esfuerzo para contribuir a mejorar la calidad de vida de los pueblos originarios, considerando que es uno de los sectores sociales más vulnerables del país. Según la encuesta Casen de 2015, mientras la pobreza por ingresos de la población no indígena es de un 11%, en la población indígena alcanza al 18,3%, y mientras la pobreza multidimensional llega al 30,8% para los pueblos indígenas, en la población no indígena asciende a 19,9%.
Por otro lado, las tradiciones, valores, idiomas, religión, formas de vida y costumbres de los pueblos originarios representan una dimensión muy especial al formar parte de la identidad nacional. Ello queda reflejado, de acuerdo a la CASEN de 2013, en que Chile pasó de una población estimada de 1.565.915 personas pertenecientes a un pueblo originario o indígena a una de 2.185.792 personas, según el Censo de 2017, lo que corresponde a un aumento de 39,6% de quienes se autodefinen como indígenas.
Esta variación corresponde en buena parte a la creciente valoración social, respecto de reconocerse como parte de alguno de los pueblos originarios. Los datos del Censo de 2017 arrojan, además, que la población indígena representa el 12,8% del total nacional, concentrándose el 91% en los pueblos Mapuche, Aymara y Diaguita.En consecuencia, CONAF reafirma en este día su irrestricta adhesión a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y a lo declarado en la Política Forestal vigente hasta el año 2035 sobre: “Establecer en el sector forestal una relación basada en el diálogo de buena fe con las comunidades de los pueblos indígenas, a partir del uso de mecanismos institucionales, con el fin de buscar acuerdos que permitan generar un desarrollo acorde a los estándares reconocidos en los tratados internacionales vigentes en el país”, donde la premisa de desarrollo es el “respeto de los derechos de las personas y su acervo cultural, promoviendo buenas prácticas e inclusividad, para alcanzar un armónico crecimiento y desarrollo social” e incorpore “estándares coherentes con los derechos que derivan de la pluriculturalidad del país y que, en el caso de los pueblos indígenas, considera la consulta y participación, basados en el principio del consentimiento libre, previo e informado, y con los criterios pertinentes al territorio”.
Cada 9 de agosto, desde el año 1995, se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, organismo que además estima en sobre los 5.000 grupos de pueblos indígenas distribuidos en más de 90 países, con una población de unos 370 millones de personas, equivalentes al 5% del total mundial.
Si bien el objetivo de esta fecha es reconocer y colocar en valor a todos los pueblos indígenas del mundo, con esta conmemoración a nivel nacional se pretende relevar la importancia de los pueblos originarios Mapuche, Aymara, Rapa Nui, Atacameño o Lickanantay, Quechua, Colla, Diaguita, Kawésqar, Yagán y el recién reconocido (16 de abril de 2019) pueblo Tribal Afrodescendiente de Chile.
Ésta es una fecha que llama a reflexionar y sensibilizar a la sociedad a fin de realizar el máximo esfuerzo para contribuir a mejorar la calidad de vida de los pueblos originarios, considerando que es uno de los sectores sociales más vulnerables del país. Según la encuesta Casen de 2015, mientras la pobreza por ingresos de la población no indígena es de un 11%, en la población indígena alcanza al 18,3%, y mientras la pobreza multidimensional llega al 30,8% para los pueblos indígenas, en la población no indígena asciende a 19,9%.
Por otro lado, las tradiciones, valores, idiomas, religión, formas de vida y costumbres de los pueblos originarios representan una dimensión muy especial al formar parte de la identidad nacional. Ello queda reflejado, de acuerdo a la CASEN de 2013, en que Chile pasó de una población estimada de 1.565.915 personas pertenecientes a un pueblo originario o indígena a una de 2.185.792 personas, según el Censo de 2017, lo que corresponde a un aumento de 39,6% de quienes se autodefinen como indígenas.
Esta variación corresponde en buena parte a la creciente valoración social, respecto de reconocerse como parte de alguno de los pueblos originarios. Los datos del Censo de 2017 arrojan, además, que la población indígena representa el 12,8% del total nacional, concentrándose el 91% en los pueblos Mapuche, Aymara y Diaguita.En consecuencia, CONAF reafirma en este día su irrestricta adhesión a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y a lo declarado en la Política Forestal vigente hasta el año 2035 sobre: “Establecer en el sector forestal una relación basada en el diálogo de buena fe con las comunidades de los pueblos indígenas, a partir del uso de mecanismos institucionales, con el fin de buscar acuerdos que permitan generar un desarrollo acorde a los estándares reconocidos en los tratados internacionales vigentes en el país”, donde la premisa de desarrollo es el “respeto de los derechos de las personas y su acervo cultural, promoviendo buenas prácticas e inclusividad, para alcanzar un armónico crecimiento y desarrollo social” e incorpore “estándares coherentes con los derechos que derivan de la pluriculturalidad del país y que, en el caso de los pueblos indígenas, considera la consulta y participación, basados en el principio del consentimiento libre, previo e informado, y con los criterios pertinentes al territorio”.