Nueve son las amenazas a las que se enfrenta el Pudú (Pudu puda), cuyo hábitat se distribuye entre las regiones del Maule y Aysén, de acuerdo al resultado de una serie de talleres realizados durante el año 2019 y que gracias a los cuales se concluyó en la elaboración de un plan nacional de conservación de esta especie.
El trabajo fue liderado por profesionales del equipo de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de la región del Biobío y de Santiago. Colaboraron en este proceso los académicos especialistas en fauna Cristóbal Briceño y Darío Moreira, de la Universidad de Concepción, y Eduardo Silva de la Universidad Austral de Chile, quienes, a través de tres talleres participativos en las ciudades de Concepción, Chiloé y Valdivia recogieron, junto a CONAF, los aportes de representantes del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), del Ministerio de Medio Ambiente, ONGs, fundaciones, municipios, empresas forestales, personas naturales y estudiantes, relacionados directa o indirectamente con la especie o su hábitat.
El director regional de CONAF, Francisco Pozo, explicó que los talleres realizados y que resultaron en un plan nacional de conservación “nos permitió aumentar el conocimiento sobre la distribución norte conocida para la especie, específicamente para la región del Maule, gracias a profesionales de Codeff, Municipalidad de Curepto, Fundación Trekking Chile y CONAF Maule. Se definieron, además, las nueve amenazas que afectan a la especie, entre las que podemos mencionar está la pérdida de bosque nativo; expansión inmobiliaria y agrícola; la caza; captura y tenencia ilegal de la especie; incendios forestales; y perros, entre otras. Para cada una de las amenazas se definieron estrategias de conservación que deberían implementarse para garantizar su conservación en el tiempo. Todo esto está contenido en el plan nacional que se elaboró, el cual será compartido con los distintos organismos que participaron en los talleres, para luego oficializarlo e iniciar su ejecución”.
Un plan de conservación es un instrumento técnico objetivo para establecer lineamientos que permitan resolver, controlar o mitigar de manera activa y eficaz las principales amenazas que afectan a una especie, permitiendo de esta manera su conservación.
Se espera que los contenidos de este plan sean el insumo para un futuro “Plan para la recuperación, conservación y gestión del pudú”.
En la Región del Biobío, el pudú tiene su hábitat tanto en zonas boscosas de la cordillera como en la costa. Ha sido registrado en forma solitaria, pero siempre asociado al bosque o sotobosque, donde encuentra su alimento y reducir el riesgo de predación por el puma (Puma concolor) y zorro (Lycalopex culpeus).
La especie la podemos encontrar, además, en dos de las cinco áreas silvestres protegidas que CONAF administra en la región, como las reservas nacionales Nonguén y Altos de Pemehue, y también en la ex Reserva Forestal Contulmo.
El pudú es el ciervo más pequeño de Chile, su peso fluctúa entre los 8 y 12 kilogramos en estado adulto y las hembras suelen ser más livianas. Miden aproximadamente 90 centímetros de largo y 40 centímetros de altura. Su pelaje es grueso y denso, de color café rojizo oscuro. De cabeza y cuello corto, orejas redondeadas, cola y extremidades cortas.
Este ciervo es endémico de los bosques templados de América del Sur. En nuestro país, según el Decreto Supremo N° 151, MINSEGPRES del 2007 (1° proceso de clasificación de especies, del Ministerio de Medio Ambiente), esta especie está clasificada en la Categoría VU (vulnerable).
Nueve son las amenazas a las que se enfrenta el Pudú (Pudu puda), cuyo hábitat se distribuye entre las regiones del Maule y Aysén, de acuerdo al resultado de una serie de talleres realizados durante el año 2019 y que gracias a los cuales se concluyó en la elaboración de un plan nacional de conservación de esta especie.
El trabajo fue liderado por profesionales del equipo de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) de la región del Biobío y de Santiago. Colaboraron en este proceso los académicos especialistas en fauna Cristóbal Briceño y Darío Moreira, de la Universidad de Concepción, y Eduardo Silva de la Universidad Austral de Chile, quienes, a través de tres talleres participativos en las ciudades de Concepción, Chiloé y Valdivia recogieron, junto a CONAF, los aportes de representantes del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), del Ministerio de Medio Ambiente, ONGs, fundaciones, municipios, empresas forestales, personas naturales y estudiantes, relacionados directa o indirectamente con la especie o su hábitat.
El director regional de CONAF, Francisco Pozo, explicó que los talleres realizados y que resultaron en un plan nacional de conservación “nos permitió aumentar el conocimiento sobre la distribución norte conocida para la especie, específicamente para la región del Maule, gracias a profesionales de Codeff, Municipalidad de Curepto, Fundación Trekking Chile y CONAF Maule. Se definieron, además, las nueve amenazas que afectan a la especie, entre las que podemos mencionar está la pérdida de bosque nativo; expansión inmobiliaria y agrícola; la caza; captura y tenencia ilegal de la especie; incendios forestales; y perros, entre otras. Para cada una de las amenazas se definieron estrategias de conservación que deberían implementarse para garantizar su conservación en el tiempo. Todo esto está contenido en el plan nacional que se elaboró, el cual será compartido con los distintos organismos que participaron en los talleres, para luego oficializarlo e iniciar su ejecución”.
Un plan de conservación es un instrumento técnico objetivo para establecer lineamientos que permitan resolver, controlar o mitigar de manera activa y eficaz las principales amenazas que afectan a una especie, permitiendo de esta manera su conservación.
Se espera que los contenidos de este plan sean el insumo para un futuro “Plan para la recuperación, conservación y gestión del pudú”.
En la Región del Biobío, el pudú tiene su hábitat tanto en zonas boscosas de la cordillera como en la costa. Ha sido registrado en forma solitaria, pero siempre asociado al bosque o sotobosque, donde encuentra su alimento y reducir el riesgo de predación por el puma (Puma concolor) y zorro (Lycalopex culpeus).
La especie la podemos encontrar, además, en dos de las cinco áreas silvestres protegidas que CONAF administra en la región, como las reservas nacionales Nonguén y Altos de Pemehue, y también en la ex Reserva Forestal Contulmo.
El pudú es el ciervo más pequeño de Chile, su peso fluctúa entre los 8 y 12 kilogramos en estado adulto y las hembras suelen ser más livianas. Miden aproximadamente 90 centímetros de largo y 40 centímetros de altura. Su pelaje es grueso y denso, de color café rojizo oscuro. De cabeza y cuello corto, orejas redondeadas, cola y extremidades cortas.
Este ciervo es endémico de los bosques templados de América del Sur. En nuestro país, según el Decreto Supremo N° 151, MINSEGPRES del 2007 (1° proceso de clasificación de especies, del Ministerio de Medio Ambiente), esta especie está clasificada en la Categoría VU (vulnerable).