El monitoreo genético o de ADN ambiental aplicado por primera vez en un área protegida del Estado, específicamente en el Parque Nacional Nonguén de la Región del Biobío, permitió detectar una especie que no estaba descrita en esta unidad, ya que uno de los resultados que arrojó fue la presencia de coipo (Myocastor coypus), nunca antes registrado en esta unidad del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que administra la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
Pero, además de esta detección de una especie no descrita en este parque nacional, los resultados mostraron una alta diversidad, con un total de 191 especies identificadas. El grupo más representativo fueron los invertebrados, seguidos por mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles. El grupo de invertebrados fue el más importante en términos del número de especies, destacando la presencia del cangrejo tigre (Aegla concepcionensis), especie categorizada en Chile en peligro y la cual está restringida sólo a la región del Biobío. Entre las 15 especies de mamíferos identificadas, resaltan especies iconos, tales como el zorro culpeo (Lycalopex culpaeus), el pudú (Pudu puda) y el monito del monte (Dromiciops gliroides), además del coipo.
El monitoreo y estudio de prueba se pudo realizar gracias a EcoGen, empresa pionera en la implementación masiva de esta técnica en Chile, que aceptó efectuar una demostración de esta técnica recolectando ADN ambiental en el Parque Nacional Nonguén en diversos ambientes, como riachuelos, bosques y zonas de uso público del parque. El estudio es una experiencia inédita para el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) y CONAF ya está haciendo un análisis de compromisos (costos/beneficios) para proyectar su implementación en otras unidades.
Uno de los aspectos que más recalcó el director ejecutivo de CONAF, Christian Little, es que este sistema, como aproximación metodológica y considerando los compromisos del trabajo de terreno involucrado, es sorprendente “la cantidad de información que se puede obtener. Las metodologías clásicas para el levantamiento de líneas base o la detección de especies, normalmente comprometen un despliegue espacial y temporal mucho mayor. La cantidad de puntos de registros, de días de trabajo en terreno, estacionalidad, eventos reproductivos, incluso la necesaria aplicación de diferentes metodologías, hacen que las aproximaciones más convencionales requieran de esfuerzos significativamente mayores”.
Cabe desatacar que con este piloto en el Parque Nacional Nonguén, bastó sólo un día de terreno y unos pocos puntos de colecta en agua y suelo, para detectar la presencia de al menos 191 especies, por lo que es una herramienta de notables proyecciones para que sea aplicada en otras unidades de mucho mayor superficie o cobertura, de difícil acceso y de las que se tiene aún poco conocimiento sobre su diversidad biológica.
En relación a la detección de la presencia de coipo en este parque nacional, el director regional de CONAF Biobío, Rodrigo Jara, señaló que “es tremendamente significativo, porque se trata de una especie emblemática y que es considerada como objeto de conservación para las áreas silvestres protegidas. Desde ese punto de vista, este registro da señales de una conservación efectiva y exitosa de este territorio. Sin duda, este tipo de información debe ser contrastada con los patrones de abundancia y distribución de cada especie, pero su registro es un primer indicio de la sanidad ambiental de esta unidad y que las estrategias de conservación y control de amenazas que, como Corporación estamos llevando a cabo, están siendo bien orientadas”.
El monitoreo genético o ADN ambiental, se sustenta en que todos los organismos vivos están constantemente liberando material genético al ambiente como pelos, piel y secreciones. Este material genético puede ser recolectado de diferentes fuentes ambientales como agua, suelo o nieve y al ser analizada en un laboratorio mediante un PCR, similar a cómo se detecta el virus del COVID-19, se pueden amplificar las secuencias de ADN recolectadas y contrastarlas con bases de datos que permite identificar genéticamente las diferentes especies presentes en la muestra, como invertebrados, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
La técnica también permite registrar la presencia de amenazas, como lo son las especies exóticas invasoras, lo cual es de suma importancia para la implementación de acciones de control dentro del parque nacional. En este caso se registró la presencia de laucha, rata negra, conejo y ganado como vacuno y oveja. También cabe destacar que la muestra más abundante de ADN recolectado fue la del humano (Homo sapiens) presente en todas las muestras recolectadas.
Es una alternativa más para orientar los esfuerzos que CONAF realiza en el control de amenazas, por ejemplo, especies exóticas invasoras, monitoreo de los objetos de conservación y la implementación de estrategias de conservación en el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado.