Numerosos son los diplomas que el guía de turismo aymara Álvaro Mamani ha reunido en su trayectoria como montañista y dueño de la empresa “Trekking Aymara Outdoor”, que promueve la cercanía con la naturaleza y la vida al aire libre.  No obstante, dice que le tiene especial cariño a la primera certificación lograda el año 2006, cuando participó en el curso Guías de Turismo Aymara dictado por CONAF, con apoyo del Servicio País de aquella época.

Ese momento fue el que le dio el impulso inicial para desarrollar su vocación y transitar por un camino de prestigio y logros en su rubro, y que hoy le permiten estar entre los emprendedores locales de Parinacota que optarán a los sellos y luego la marca Reserva de Biosfera Lauca, proceso que lidera actualmente la Corporación Nacional Forestal de manera piloto en tres de las diez Reservas de Biosfera existentes en Chile: Lauca, Fray Jorge y Torres del Paine, ubicadas en las regiones de Arica y Parinacota, Coquimbo y Magallanes, respectivamente.

La certificación de las Reservas de Biosfera la otorga Unesco a quienes ejercen una actividad sustentable y respetuosa con el medioambiente en aquellos territorios de importancia primordial para la humanidad por los ecosistemas que albergan.

Compromiso comunitario
La pandemia no ha detenido el quehacer de Álvaro Mamani. Tanto así que acaba de concluir su 3° Curso de Montañismo, el que esta vez logró realizar con ocho participantes, un cupo mínimo para contar con instructores de la Escuela Nacional de Montaña y la Federación de Andinismo de Chile. “No es un curso básico común y corriente. Es un curso con certificación deportiva a nivel nacional”, cuenta Álvaro y agrega que “este año fue especial además porque le agregamos un módulo de Etnogeografía, que impartimos junto con el geógrafo Cristian Arias.  Así los participantes -4 hombres y 4 mujeres- aprenden la pertinencia cultural que hay en el territorio, lo que le da un plus respecto de otras regiones”.

Y justamente esa mirada, la de un turismo con participación comunitaria, es la que también busca incentivar en el pueblo mapuche y el pueblo licanantay, ya que es representante aymara ante la Asociación Nacional de Turismo Indígena, uno de los numerosos organismos en los que participa.

Al curso de iniciación que le brindó CONAF a Álvaro Mamani, le siguieron muchos otros. “En ese tiempo no llegaban capacitaciones de montañismo o trekking aquí a la región, uno tenía que salir a buscarlas”.

A cursos efectuados en Talca, en la Universidad de la Frontera, sede Pucón y luego en Coyahique, siguió con Perú, con la Asociación de Guías de Montaña del Perú, en Colombia, en turismo comunitario y en Europa, el 2011 y el 2015, con una escuela de capacitación en primeros auxilios en áreas remotas. Su vocación estaba clara, así que decidió estudiar Técnico en Turismo en Inacap y luego un diplomado ad-hoc.

“Toda esta formación me mostró la necesidad que hay de querer disfrutar la naturaleza. Pero la idea es que las personas lo hagan de una buena forma, también de modo seguro y agradable.  Y aquí, por decirlo de alguna forma, tenemos más naturaleza.  Hay una gran diferencia respecto a lugares clásicos, es más pura, más natural, más tranquilo. Te encuentras de verdad con la naturaleza”, dice.

Sellos y marca
Es por todo ello que para Álvaro le hizo sentido la invitación a sumarse al proceso por obtener los sellos y luego la marca Reserva de Biosfera Lauca, un camino que ya están transitando los socios de “Putre Orgánico”.  “Para mí es super importante la certificación como parte de la Reserva de Biosfera Lauca por parte de Unesco.  Es muy interesante por la estrecha relación con la Corporación Nacional Forestal y con las comunidades.   Y creo que sí o sí quienes tengan ese sello deben estar en contacto con la naturaleza y generen confianza en el comunero”.

En sus tours tienen especial cabida esas visiones.  Durante su 3° Curso de Montaña hizo campamento en la estancia Chingani de la sucesión Huanca.  Allí estaba la señora Juana Huanca, beneficiaria de diversos proyectos de CONAF, quien le dice que es el único que respeta el convenio.  Se refiere así a un acuerdo firmado con CONAF el 2011 con diversos tour-operadores, que se comprometían a un turismo respetuoso del medioambiente y justo con los propietarios de los territorios, retribuyéndoles económicamente sus servicios o el tránsito por sus senderos.   Su empresa (www.trekkingaymara.cl) practica también trekking de limpieza a lugares sagrados o, en acuerdo con familias locales como las de don Conrado Blanco de Chivatambo, organizan con los turistas una suerte de arreo de camélidos a distancias controladas para que los vean de cerca.  Lo mismo en Lauca Cruzani con la señora Julia del lugar o en Chúa con la familia Quispe.  “El turismo aquí debe ser un beneficio directo a la comunidad, sin intermediarios”.

Turismo de colección
Y eso es justamente lo que implica tener una marca reconocida por Unesco. Álvaro revela que “hay gente que colecciona visitas a las Reservas de Biosfera del mundo.  Es una vitrina importante, y son turistas de un estándar alto.  Si estos sellos de la Reserva de Biosfera Lauca lo juntamos con lo relativo al Qapaq Ñan, que son dos certificaciones de Unesco, lo vuelve interesante, en especial para el turista que anda buscando intereses especiales, trekking, montaña y el contacto con las comunidades.  Y ese sello refleja al altiplano, por eso me interesé, y porque además es en contacto con la Corporación”.

Sobre la pandemia dice que algo bueno trajo. La gente volvió a sus campos, pero ahora falta generar una economía para que se quede.  Y la gente aquí tiene una historia tremenda. Para mí este es el patrimonio que hay que rescatar y valorar. Yo creo que ellos se sienten valorados cuando se les integra al turismo y a los ejes de sustentabilidad económica, ambiental y social. Todo esto dará resultando si en verdad se involucra a la gente de los territorios, la gente que vive acá y se les genera confianza y ¿si no es ahora cuándo? Es el momento.

21 julio, 2021