Utilizar los bebederos de agua para los colibrís  con criterio y responsabilidad, y en algunos lugares ojalá evitarlos, es el llamado que hace CONAF tras detectar un aumento inusitado en los picaflores del Norte y el de Cora, en un posible detrimento del picaflor de Arica (Eulidia yarrelli). 

Los bebederos en sí mismo no son malos, afirman, sino sus formas de uso y las oportunidades en que se recurre a ellos. 

Matías Castillo, doctor en Ciencias y guardaparques del Monumento Natural Picaflor de Arica, indica que “los últimos años se ha visto un aumento en el uso de bebederos tanto en la ciudad como en los valles, pero tal como dicen los especialistas no es que sean negativos per se, sino que hay externalidades que sí los vuelven negativos y si esos factores no se toman en cuenta las consecuencias aparecen a corto o largo plazo”.

Es lo que estaría ocurriendo localmente, ya que ha significado manejos inadecuados de tipo sanitario de los bebederos.  Su proliferación se podría asociar a un aumento poblacional de las especies de Cora y del Norte, generando un nuevo conflicto socio ecológico en la región y que requiere especial atención por las posibles consecuencias negativas que se están percibiendo.

Castillo explica que “cuando alimentamos a la fauna silvestre podemos modificar sus conductas y quizá quitarle esa impronta natural que tienen de alimentarse con flora nativa. Acá en Arica, en la ciudad y en los valles la flora nativa es escasa, y los bebederos han sido una forma de proveerles alimentos donde no lo tienen; pero hay consideraciones que la gente debe tener en cuenta”.

Una de esas consideraciones según resalta el profesional, es que “estas dos especies no tienen ningún problema o conflicto de conservación. Tienen sus poblaciones relativamente estables, y su distribución se ha ampliado, y por lo que hemos visto últimamente, ambas especies son competidores directos del picaflor de Arica. Entonces el aumento demográfico de los picaflores del norte y de Cora va a afectar directamente al picaflor de Arica”.

El punto es que eso ya está ocurriendo. Matías Castillo dice “hemos visualizado que el gran problema radica en que los picaflores de Cora están llegando, estableciéndose dispersando en los recursos alimenticios y por sitios de nidificación. Este fenómeno se está observando recientemente en los valles de Chaca y Camarones” lo que resulta preocupante para la conservación del picaflor de Arica.

¿Cuál es entonces la recomendación?

“La idea es que se limite el uso de los bebederos sólo a las temporadas de invierno, cuando hay menos disponibilidad de flora o especies nativas para alimentar a los picaflores. Además, creemos que su uso debe ser cada vez menor y sobre todo que no se usen los bebederos en zonas rurales que es donde todavía existen poblaciones naturales de picaflor de Arica”.

También has mencionado factores sanitarios que pueden ser una amenaza. ¿A qué se refiere?

Habitualmente la gente usa los bebederos con agua y azúcar y no siempre renueva a tiempo el agua, por lo que a los dos o tres días se desarrollan hongos y no se sabe bien cuánto puede afectar esto a las aves de cualquier tipo.  En Santiago hay una interesante experiencia de bebederos para la fauna nativa, a raíz de la sequía, pero sólo es agua, sin agregarle azúcar, como acá hacen algunas personas.

¿Cuán importante es la coordinación entre instituciones relacionadas en hacer una campaña con este tema?

Sería sumamente importante que distintas instituciones colaboren en difundir esta información para que llegue a la mayor cantidad de público posible, y que de esta forma la comunidad pueda tener una visión más crítica de lo que es el uso de los bebederos. Que no se queden solo con la idea de que están ayudando a los picaflores, que lo hacen, pero en este caso también podría tener consecuencias negativas que aún no están evaluadas.  Sabemos que en un primer momento se trataba de atraer picaflores de Arica, pero sin tomar en cuenta el contexto ecológico otros parecen ser los resultados.

El profesional comenta también que “el tema es controversial en redes sociales. Hay especialistas que rechazan completamente los bebederos, otros que no. Hay visiones más catastrofistas que otras. En cambio, nosotros creemos que hay que ser críticos y evaluarlos, porque pueden ser positivos, pero también negativos dependiendo de su uso y del contexto.  Es el foco que queremos darle. Que los picaflores de Arica no salgan heridos de esto”.

 

 

13 abril, 2022
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