La primera expulsión se concretó el miércoles 21 de enero, cuando dos turistas de nacionalidad israelí fueron sorprendidos por guardaparques de CONAF fumando en la portería Laguna Amarga. Tras ser advertidos de su falta, decidieron trasladarse hasta otro lugar de la portería y hacer caso omiso de la advertencia.
La segunda ocurrió el viernes 20, cuando dos turistas —de la misma nacionalidad— fueron sorprendidos utilizando una cocinilla en el sector de Dickson, al interior del circuito de montaña, por lo que guardaparques de CONAF procedieron a expulsarlos acompañándolos hasta el sector de Coirón, donde los esperaban funcionarios de Carabineros.
Estas dos expulsiones son las primeras que se registran en el año 2023, una temporada que se considera de alta afluencia turística porque se retoma la normalidad registrada hasta antes de la pandemia.
Durante el año 2022 se registraron 18 personas expulsadas a lo largo del año.
Cabe señalar que las medidas de expulsión son sanciones autorizadas tras el incendio que afectó al Parque Nacional Torres del Paine el año 2011 y que logró recién extinguirse en los primeros meses del 2012.
La normativa actual prohíbe y sanciona con medidas de expulsión el uso de fuego en lugares no habilitados con multas y hasta cárcel, según la gravedad del caso.
Para la directora regional de CONAF, Alejandra Silva, «estas medidas son necesarias no solo como acciones ejemplificadoras, sino también para la prevención de ocasionar una tragedia mayor en el ecosistema natural y que sería de graves consecuencias para el desarrollo regional».