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Un importante paso para ampliar el monitoreo para la conservación de las especies de fauna y, en este caso, de aves en diferentes categorías de riesgo en las áreas silvestres protegidas dio a conocer la Corporación Nacional Forestal (CONAF) al compartir los primeros resultados de un plan piloto de Monitoreo Acústico Pasivo (MAP) desarrollado desde hace un año en el Parque Nacional Radal Siete Tazas, en la región del Maule.
Se trata de un trabajo de monitoreo realizado por CONAF en colaboración con Universidad Católica del Maule (UCM), a través del Laboratorio de Ecología y Bioacústica del Departamento de Biología y Química de la Facultad de Ciencias Básicas, donde se utilizan sensores de audio para identificar fauna con problemas de conservación a partir del registro de sus sonidos. Con este sistema se amplía la labor que se viene realizando, especialmente a través del fotomonitoreo por cámaras trampa y drones, y al cual también se está integrando la inteligencia artificial.
El trabajo de campo fue desarrollado por guardaparques locales y un equipo técnico que instalaron en forma aleatoria 15 dispositivos AudioMoth, programados para grabar sonidos de la naturaleza durante períodos prolongados y sin la necesidad de intervención humana, durante 35 días al interior del área protegida.
Para ello se elaboró un sistema de grillas en zonas con hábitat de especies objetivos para este monitoreo, del cual por motivos de seguridad y logística, se excluyeron algunas zonas de difícil acceso o peligrosas. A partir de ahí se seleccionaron al azar algunos cuadrantes en dónde se instalaron los dispositivos acústicos por un mes, con una distancia mínima de un kilómetro entre dispositivos.
Los equipos fueron retirados en diciembre, siendo obtenidos 744 horas de grabación diurna y 175 horas de grabación nocturna, de aves nativas como pitío, tordo, hued hued castaño, carpinterito, concón, cachaña y chincol, cuyos datos recolectados fueron procesados a través de técnicas avanzadas de análisis acústico para identificar especies y patrones de actividad.
Monitoreo sistemático
José Caro, profesional de la Sección de Monitoreo de CONAF Maule, señaló que “el interés por el monitoreo acústico nació de los guardaparques del parque, que si bien desde hace años realizan seguimiento a especies de aves que significan un buen bioindicador de la condición del bosque, la aplicación de esta tecnología les permite ahora disminuir el esfuerzo en terreno, aumentando el tiempo de monitoreo y obteniendo una mayor cantidad de datos en el tiempo y en el espacio”.
Por su parte, Aldo Reyes, administrador del Parque Nacional Radal Siete tazas, explicó que “este tipo de monitoreo abre una oportunidad de dar seguimiento de manera estandarizada y sistemática a una serie de especies, cómo aves, anfibios y otros, que significan indicadores importantes de sus hábitat y que con los métodos convencionales eran muy difícil de hacer”.
Otra innovación del proyecto fue la creación de las cubiertas protectoras para los dispositivos que fueron cien por ciento diseñadas mediante impresión 3D. Cabe destacar que el monitoreo acústico pasivo es una técnica de fácil implementación y bajo costo, que tiene el potencial de proporcionar información valiosa para la toma de decisiones en la gestión de la fauna y el medio ambiente en general.